Originario de América, este ají es de uso muy común en Ecuador, Perú, Bolivia. En México se conoce como chile manzano. Sumamente picante, es el ingrediente principal de la mayoría de salsas tradicionales de ají. Puede crecer dos metros o más si tiene dónde enredarse, por eso conviene ponerle un tutor. Resiste climas fríos pero crece mejor a temperatura media. Son buenas compañeras, los tomates, aunque es una solanácea; también crece bien junto a lechugas, alcachofas y la mayoría de plantas del huerto con excepción de cebollas y ajos.
Esta planta originaria de Etiopía, de la familia Euphorbiaceae se conoce comunmente como higuera del diablo o ricino, sus semillas son venenosas para humanos y también para todo tipo de plagas del huerto o del jardín, de los frutos se extrae el aceite de ricino, de muchos usos en la industria y la salud. Está extendida en todo el mundo, puede ser invasiva si no se la controla, pero conviene tenerla junto al tomate de árbol, en una esquina del huerto de papas o maíz, plantas muy atacadas por gusanos. Tiene raíces amargas, es excelente para elaborar bioles de control de plagas y solamente las hojas colocadas en el suelo, las auyenta.
Esta semilla original de la amazonia de Ecuador, está adaptada a la sierra, prospera hasta a 2600 metros, en condiciones de mucha humedad y diversidad de especies que la acompañan. Llamada naranjilla de jugo, suave y dulce, puede sembrarse a ochenta centímetros de distancia, en medio de flores y plantas medicinales que no sean familia de la menta.
Estas fresitas silvestres son comunes en el bosque alto andino, están adaptadas hasta 2400m. y se ha probado su cultivo en pisos ecológicos más bajos. Necesitan buen drenaje y no mucha humedad. Pueden hacer una alfombra verde en seis meses, los frutos son deliciosos y muy valorados en platos especiales tipo gourmet. Crecen bien a la sombra del romero, del cedrón y de otras plantas arbustivas medicinales, menos la menta y hierba buena.
Esta planta se ha considerado medicinal y comestible, es muy digestiva pero solo pueden ingerirse los tallos de manera inocua. Sus raíces se emplean en tinturas y decociones para problemas gastrointestinales. Las hojas son venenosas por su altísmo contenido de ácido oxálico que dañaría los riñones. Combina muy bien en mermeladas con frutillas o frambuesas. Necesita mucha humedad para prosperar, le gusta la compañía de la consuelda mayor, de la achira, de la naranjilla y de otras plantas que necesiten suelo bien drenado y bastante agua. Está adaptada al clima de la Sierra, hasta los 2600 metros, aunque originalmente prospera en zonas cálidas y húmedas.