En estos tiempos de limpieza extrema puede parecer curiosa y fuera de tono esta recomendación; pero efectivamente, declaro aquí que nunca me lavé el rostro con jabón hasta el día de hoy, cuando ostento ya más de medio siglo. Justamente hoy recuerdo este consejo de mi madre, y de mi abuela.
Un amigo ha usado jabón antibacterial a diario para afeitarse durante treinta años, actualmente tiene rosácea en grado extremo. Otra conocida me consulta sobre manchas blancas que han aparecido sin razón, granitos que se multiplican después de usar jabón durante años… Cómo siempre, sugiero usar avena cruda con agua tibia para lavarse el rostro si hace falta controlar brotes de acné, en lugar de usar un jabón abrasivo, y desmaquillarse con agua de rosas pura. Si aún así necesita jabón podría usar uno de glicerina de coco con miel de abejas pero nunca, repito, nunca emplee a diario un antibactericida que mata todos los ácaros de su piel, que elimina hasta la huella de las bacterias buenas empeñadas en colonizar el cutis y eliminar piel muerta.
Sí, como lee amiga o amigo, hay seres sobre la piel y una guerra a muerte entre ellos por apropiarse del espacio vital. El jabón elimina a todos y la sequedad del rastro químico es perfecta para anidar bacterias (Staphylococcus aureus), virus (herpes simple, molusco contagioso, papilomavirus) y hongos.
La piel tiene un grado de acidez natural que permite la proliferación de microorganismos benéficos y el agua de avena les permite prosperar, va curando poco a poco la dermis en sus capas más profundas.
Otra recomendación es no usar maquillaje, solo una buena crema facial como Angelina con SPF15 durante el día. Mineraliza el rostro con la cera virgen de abejas que se adhiere al cutis sin tapar los poros y entrega aceites de geranio malva y agua de rosas, regenerando, limpiando, protegiendo el equilibrio natural, enriqueciendo cuando es necesario.
El maquillaje, desgraciadamente, es una fuente de venenos y metales pesados, de modo que aún usándolo bajo este saber, será mejor sobre una crema orgánica, garantizando al final del día una limpieza facial profunda pero no agresiva para la piel.