Hace pocos días leí en un chat que aprecio, algunas ideas sobre el guanto, una planta de los dioses; un potente veneno o maravillosa medicina dependiendo cómo se use, pues contiene digitalina que puede paralizar el corazón o favorecer el sueño con un pétalo bajo la almohada. También es alma y espíritu compañero de la humanidad, pues el guanto aleja las malas energías y protege la salud en la casa.
Esto es precisamente lo que hace una planta compañera en el huerto. Puede matar o curar dependiendo de la dosis aplicada, y ésta no necesariamente se expresa en un biol o como una infusión para controlar insectos indeseables, sino por su sola presencia.
Las flores llamadas capuchinas alejan las plagas de las tomateras cuando se siembran juntas; el llantén a distancia prudencial de las coles elimina los gusanos que devoran sus hojas; las zinnias alejan a los pulgones negros para siempre y su aroma mantiene a salvo al brócoli y a los nabos.
Por ahora me centraré en el efecto de cuidado y compañía que ejercen ciertas plantas sobre las personas; y en el huerto, sobre aquellas que nos alimentan a diario. Energías y efectos biológicos: ¿tienen o no tienen nada que ver entre sí?
![Capuchina, flor comestible y compañera del huerto](https://shungofinca.com/wp-content/uploads/2019/10/ajenjo-768x1024.jpg)
En el imaginario popular el San Pedro protege la casa, y su espíritu pone las noches de sueño a salvo de merodeadores. Esta idea esperanzadora obedece a que nuestra relación con las plantas es profunda, al igual que el vínculo de ellas entre sí.
Una visión espiritual del asunto, a mi modo de ver no se contrapone con las razones de la biología: los compuestos minerales de una planta compañera ayudan al cultivo principal y lo salvan.
Mi experiencia de estos años sembrando plantas sistemáticamente cada mes en cuarto creciente, me ha mostrado que las mejores compañeras en el huerto son las plantas medicinales, las malas hierbas y las flores.
El clavel mejora la productividad de los limones.
La caléndula protege a los pepinos con su aroma, de modo que no habrá gusano cerca mientras ésta florezca.
La consuelda mayor es fiel compañera de las lechugas y el ajenjo ubicado en una ladera con papas elimina los gusanos que se las comen.
Lo mismo hacen sobre el maíz las hojas de la higuerilla, los rábanos silvestres y el llantén.
Cierto es que una infusión de ajos elimina los temibles pulgones, pero es mejor si los sembramos junto a los tomates o en medio de los cítricos y otros frutales.
Aleja los chinches con lavanda cerca de las plantas de achogcha o los tomates de árbol.
Prefiere colocar un manojo de sábilas y malas hierbas junto a las granadillas, verás como alejan los trips que devoran los brotes tiernos.
![](https://i0.wp.com/shungofinca.com/wp-content/uploads/2019/10/capuchinas-shungo.jpg?fit=660%2C440&ssl=1)
La próxima vez que siembres algo en tu huerto piensa qué planta compañera podrá cuidar tu cultivo principal de predadores. Así mismo, busca la planta que te mantendrá a salvo de radiaciones electromagnéticas y otros males. Recomiendo suculentas junto al computador, y una sábila colgada en la puerta.
Qué curiosa relación tenemos con las plantas, y qué impresionante vínculo logran ellas entre sí, cuando permitimos que se manifieste una abundante diversidad que seguramente añoramos en sueños de épocas pasadas, siendo habitantes de un bosque.