«Planta mediana de cultivo en climas fríos, da la raíz gruesa, delicada, de color amarillo, seca, sin jugo, sin dulce, más de buen gusto, la cual se come cocida como pan», decía Juan de Velasco sobre este tubérculo ancestral en peligro de extinción, que hemos recuperado en Shungo Tola.*
El Miso llegó a nuestras manos de la guardiana de semillas Claudia Sofía García en el año 2020, a quién siempre agradeceremos la generosidad, e inmediantamente empezamos a conocerlo y cuidarlo, adaptando el entorno de modo que se sienta en casa y nos entregue abundantes cosechas.
Las raíces son parecidas a la yuca, deben ser endulzadas mediante reposo a la sombra por varios días, señala Eduardo Estrella en su libro «El pan de América»; afirma que en la región de Mojanda se usaba deshidratado para hacer tortillas de sal y de dulce, una costumbre que actualmente se ha perdido al igual que este carbohidrato, buena fuente de energía y fibra, y que sería también una base de proteína para los pueblos ancestrales que lo tenían en alta estima.
Su cultivo es relativamente sencillo, lo hemos rodeado de plantas medicinales como el marco o ambrosía peruviana de raíces amargas, que lo protegen de gusanos y otras plagas.
Conocido también como Tazu o Taznu, en Bolivia y Perú se llama Mauka, el Miso ha llegado para quedarse entre nosotros, rodeado de árboles de aguacate, chihualcán, tomate de árbol y una variedad de hierbas como el Escancel (Aerva sanguinolenta). Crece bien junto a las plantas de café arábigo de altura y es el tubérculo ancestral favorito en el huerto jungla de Shungo Tola.
PREGUNTAS FRECUENTES:
¿Cuánto tiempo necesita para crecer? Aproximadamente diez meses, en pleno sol.
¿Cuando se cosecha? Después de florecer está listo, en ese sentido es similar a la papa. Requiere aporcar una vez a los seis meses, los riegos deben ser abundantes al inicio y luego menos frecuentes, hasta no hacer ninguno para madurar los rizomas tuberosos.
¿Qué partes de la planta se comen? Los tallos y las raíces.
RECETAS DELICIOSAS.
CEVICHE DE MISO
Una vez cosechado, dejarlo a la sombra durante cinco días.
Pelar y cocer como las papas, durante quince minutos, hasta que tome un color amarillo intenso.
Añadir a una base de limón, naranja, tomate de árbol y tomate riñón con unas gotas de vinagre, chochos, cebollas encurtidas y aguacate.

PALITOS ASADOS DE MISO
Sancochar el Miso por cinco minutos.
Freirlo en buen aceite de coco.
Acompañarlo de una salsa de queso maduro.
TORTILLAS DE MISO
Deshidratar el Miso al sol durante tres días, o hasta que esté seco lo cual es sencillo porque no tiene una consistencia aguada como la jícama o el yacón.
Pasar por el molino, dejar un día más para que se seque bien y pulverizar. Añadir agua o leche al gusto, un huevo por cada dos tazas de harina, sal y freir en manteca de chancho pura.
También se pueden sustituir los líquidos con agua pura y sal, colocar en el tiesto de barro sin grasa. ¡De todas maneras las tortillas son ricas y saludables!
SOPA DE MISO
Preparar un locro con las tallos sancochados y los tubérculos cocidos en una base de sambo y pollo de campo.
*El Pan de América, Eduardo Estrella, Ediciones Abya – Yala, 1990, Quito, Ecuador.
