Imagina cómo fueron los primeros bosques de la Madre Tierra. En función de las condiciones del lugar como el suelo, el clima, la composición mineral, la luz solar y más razones fundamentales, las plantas se organizaron en comunidad, se protegieron unas a otras, crecieron y prosperaron hasta nuestro días.
Masanobu Fukuoka es el maestro japonés que intentó acercarse a las formas y maneras del bosque. Miró con cuidado en otra dirección, cuando estaba despertando al mismo tiempo la agricultura química con todo su paquete de venenos. Esto ocurrió al final de la segunda guerra mundial.
Fukuoka ganó un premio nacional por incrementar cuatro veces la cantidad de los cultivos de arroz, observando el comportamiento natural de este cereal. Para evitar que el suelo pierda humedad lo asoció con cebada, que brotó de inmediato, sobre sus rastrojos lanzó las semillas de arroz y de trébol. Estas crecieron en suelo fértil y húmedo, con abundante nitrógeno aportado por las plantas de la suerte… Su legado a sido una serie de libros sobre las formas y maneras de la agricultura natural, las asociaciones favorables de plantas, la necesaria observación atenta y meditativa de los comportamientos naturales, y la conciencia clara sobre la vocación del lugar para seguir sus pistas y lograr, al fin, un bosque.
Si quieres alcanzar cultivos excepcionales que se acerquen a la manera natural y espontánea de la sabia naturaleza, usa la asociación de cultivos como método para hacer tu huerto.
Esta cama de cultivo tiene mucho ají rocoto, que aleja las plagas y las confunde con su aroma a capsaicina. El brócoli prosperó junto a los apios, y cuando sus plantas empezaron a dar flores salieron los tomates, cuyas semillas nacieron del compost que las gallinas desmenuzaron tenazmente.
En los bordes brotó la rúcula, en medio de muchas malas hierbas que no prosperaron gracias a la cobertura o mulch de caña de azúcar. Lo importante en este caso es que el suelo esté cubierto por rastrojo seco de algún tipo, cartón, papel picado, tela, o cualquier material orgánico se se descomponga lentamente y guarde la humedad.
A continuación te ofrezco una tabla de asociación de cultivos que seguí al pie de la letra durante un año. Luego, la práctica te enseñará algunas claves importantes.
Por ejemplo:
No siembres juntas plantas de la misma familia, las únicas que pueden convivir en el huerto son el ají y el tomate.
Siembra plantas de alturas diferentes, recuerda que cómo son arriba son abajo, y que sus raíces tomarán minerales de diferentes niveles subterráneos.
Siembra como te gustaría que las legumbres y verduras vayan en el plato, es decir que la ensalada va bien en el huerto y en tu mesa.
Siembra plantas medicinales y deja prosperar las malas hierbas, normalmente todas estas mal tratadas maravillas son medicinales, como el diente de león, el llantén, los bledos, la pacunga, el paico…
Deja prosperar al eneldo en todas tus camas de cultivo, sus raíces diminutas y numerosas bajarán casi un metro bajo la tierra extrayendo minerales que adoran las coles, los rábanos, las lechugas, las alcachofas e incluso el brócoli y la coliflor. El eneldo es el comodín de las asociaciones y a la vez, la planta más amable con sus hermanas del huerto, pues les entrega todos los nutrientes que le sobran, y son muchos.
Evita solamente el pasto. Aquel césped verde se lleva todos los minerales de tu comida y adora envolver las raices de tus mejores plantas para extraerles todo el alimento.
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