Desde la antigüedad, en la época del imperio romano y en la China se conocieron las bondades de un latex rojo intenso, de la especie Dracaena, que llamaron simplemente sangre de dragón por su color rojo intenso y textura especialísima. De gran valor, este compuesto fue introducido en las rutas de la seda y se empleó para curar heridas, ulceraciones, llagas de la piel y también como un desinfectante de los ambientes contaminados con virus o bacterias.
En la Amazonia de Ecuador, Perú y Bolivia, la sangre de drago de la especie Croton Draco se usó desde tiempos inmemoriales para regenerar los tejidos tanto internos como externos. El procedimiento de extracción es similar al caucho, por el cual se punza la corteza hasta obtener el látex que aseguran, cura incluso las úlceras del cáncer dentro del cuerpo. Muchos curanderos operan con esta medicina y la emplean además como amuleto para alejar los malos espíritus.
Desde el punto de vista farmacológico, debido a su concentración de taspina, dimetilcedrusina, y polifenoles, la sangre de drago colabora en los procesos de cicatrización de las heridas, estimula la presencia de costras y contribuye a la regeneración de la piel ayudando a la formación de colágeno.
La pomada regeneradora de la piel de Aromaterapia Mágica usa el aceite esencial de sangre de drago en combinación con cera virgen de abejas para aliviar los síntomas de las descamaciones cutáneas características de problemas como psoriasis, dermatitis, llagas, excemas y marcas de heridas mal cicatrizadas.
Su aroma es ligeramente pungente y ácido, su sabor, un poco amargo, su textura es algo pegajosa y las bondades que nos ofrece son enormes para restablecer la salud de la piel.