El Temazcal es un antiguo método para curar que se practicó especialmente en América, Europa y Asia, desde tiempos inmemoriales. El popular baño sauna actual tuvo su precursor en una cámara usada para sanar dolencias reumáticas, problemas de circulación, bronquiales, digestivos y de otro orden, siempre con vapor y piedras calientes.
En América, desde Alaska hasta la Patagonia, el Temazcal se usa también para curar el alma. En contacto directo con la Madre Tierra, dentro de la construcción circular de barro, al inhalar el vapor de plantas medicinales y de las abuelas piedras, en pleno contacto con uno mismo, recordamos de dónde venimos y a dónde vamos.
El temazcal de Shungo Tola se ha construido con barro y bahareque, usando una estructura de caña guadua, como seguramente hicieron los primeros pueblos sedentarios para mantener y cuidar la salud. Era tan importante y eficiente el método, que las tribus nómadas lo levantaban en cada refugio de su viaje por la madre Tierra usando pieles de animales para cubrirlo.
Hasta el día de hoy se conserva la memoria de esta ceremonia ancestral, que en México se consolidó al reunir las formas del norte de América y del sur de la Patagonia. Los mayas y mexicas fueron, probablemente, quienes hicieron más completo el ciclo de la curación del cuerpo y del alma con un procedimiento que se mantiene en los círculos de medicina del Camino del Corazón hasta el día de hoy. Es el que practicamos con amor y constancia.
En el exterior, una Abuela Tortuga cuida el paso hacia el interior de la Madre Tierra. Antes de la ceremonia recibe los objetos sagrados de la gente: cuarzos, piedras especiales, el tambor y la sonaja para el canto y las hierbas se se usarán para limpiar, como cedro o ciprés, romero, arrayán, hierba buena, cedrón, borraja; dependiendo de las necesidades.
Las abuelas piedras entran al centro del domo de barro en grupos de siete. Se limpian con cedro y una vez adentro, reciben el agua medicinal que hirvió en la misma fogata.
Cuatro son las ruedas de la vida, las vueltas del Temazcal y los cantos sagrados de medicina que alivian y esperanzan.
Calientito, calientito, calientito el Temazcal/ es el vientre de la madre Tierra/
Buscando buscando yo nunca encontré/lo que yo buscaba siempre ha estado aquí/dentro, muy dentro de mi.
