Arbolitos frutales nativos de la Sierra Norte
Estamos en un lugar privilegiado, muy poco conocido y cada vez más visitado. El rincón norte de esta Tierra de la Mitad, habitada antes por caranquis, chachis, quitu-caras, grupos muy organizados que ejercían su lengua chachi, cha’apalachi, t’safiqui, con palabras presentes en nombres como PantaVi o Casa del Agua, ViChincha o Montaña de la lluvia, y Chachi’nViro o Fuerza de la Gente Chachi.
¿Cómo eran sus bosques? Cuándo caminaban, ¿por dónde lo harían? Qué recogerían entre los prados de amaranto, que hasta hoy crece silvestre en estas montañas. Descubrimos una pequeña muestra en lo profundo del monte, a pie desde la finca por senderos escarpados: porotón, chihualcán y nogales gigantes conviviendo cerca de ríos y cascadas en Chachimbiro. Guayaba perita como la de casa, pero con ochenta años más; carrizos y nísperos, chirimoyas, aguacates enormes de aquella pulpa verde y deliciosa, aunque de «pepa» descomunal. Descubrimos también plátano, tomate y una gran variedad de moras.
Sí que nos maravilló la diversidad de árboles frutales nativos en esta parte de nuestra casa ecuatoriana. Muchos de ellos, casi todos estaban puestos cuando habitamos la pequeña finca en el año 2015. El trabajo grande y sistemático que aún nos ocupa a diario ha sido abonar lo suficiente, regar lo suficiente y comprender a cada arbolito en su necesidad para lograr frutos más jugosos, dulces y sanos. Aprendimos a injertar cítricos y aguacates; duraznos y manzanas y aguacate Pinkerton, variedad que reprodujimos en media docena y luego en otra media más de manera orgánica.
Con paciencia de santo hicimos esquejes de todo lo que pudimos, injertos en frutales de la zona, pruebas de germinación de café y papaya, duraznos, claudia, tomate de árbol.
Cuatro años después están listos nuestros arbolitos, luego de germinar porotón por esquejes y semillas, criar chihualcán en zanjas de infiltración, al cabo de tener paciencia con los nogales y sus tóctes, dispuestos a salir recién a los seis meses. ¿El secreto? Cuatro año del mejor abono para germinar que podemos recomendar y hemos usado: nuestro sanitario compostero humano. Cada ocho meses tuvimos y tenemos esta tierra que tiene un olor y textura similares a las del bosque. Pueden saber cómo compostamos los desechos humanos en el blog de la finca:
El sanitario compostero: excelente abono para frutales luego de ocho meses
Vamos a continuar con esta estrategia de reproducirlo todo desde esa matriz que es el vivero de Shungo Tola.
MANUAL BASICO PARA SEMBRAR ARBOLITOS Y ARBUSTOS FRUTALES
¡Muy importante! Distancia para plantar:
- Aguacates, chirimoyas, guayabas, guabas, ovos, nogales: seis metros.
- Cítricos, manzanas, duraznos, claudias: cuatro metros.
- Tomates de árbol, uvas, plátanos, babacos, papaya: dos metros y medio.
- Café caturro rojo de altura: un metro y medio.
- Arándanos, frambuesa Taiberry: un metro.
Condiciones de clima y agua: es necesario considerar el riego diario durante la primera semana de siembra y luego, hacerlo cada cuatro o cinco días. Resulta muy importante mantener los arbolitos siempre cubiertos con paja o rastrojo de podas seco, para evitar que se evapore la humedad. Cada tres meses en árboles nuevos y seis meses en el segundo año, hay que retirar la capa de rastrojo en plena formación de compost y, si todo va bien, habrá que cuidar las lombrices para que no mueran mientras ponemos una capa de abono, de preferencia bocashi o biofermentado.
TRANSPLANTE
Agujeros y abono: haz un agujero cuadrado de 80cm. de profundidad y saca la tierra en dos partes, coloca de la mitad hacia arriba en un costado y de la mitad hacia abajo en otro costado. Deja una semana cómo mínimo sin cubrir. Se formará una capa dura que impedirá la entrada de raíces y malas hierbas. Puedes dejar el agujero que se «cure» durante un mes.
Pon una parte de tierra de arriba: veinte centímetros para asentar al arbolito. Luego, él mismo, y suma a esta tierra, abono muy rico en nutrientes como bocashi, humus, majada de animal bien seca y desmenuzada o de cuy recién hecha, a la que puedes añadir, una parte en cuatro de cascarilla de arroz. Puedes incluir una parte de carbón triturado, lo cual dará más temperatura al suelo en las noches frías y protegerá al arbolito de las heladas.
Sobre el suelo añade una capa de diez centímetros de cascarilla de arroz o rastrojo de caña, hojas secas, podas de césped por arbolito y listo. ¡A disfrutar mirando cómo crece y florece!
El abono de los arbolitos es indispensable y debe ser permanente. Será menos necesario a medida que crezcan y se hagan fuertes. Sus raíces descenderán buscando agua y nutrientes, de modo que abonar cada tres meses será indispensable y mantener el abono húmedo, además de bien cubiertos los microorganismos del suelo, será esencial. Sigue colocando rastrojo seco de podas cuando el anterior se vaya convirtiendo en alimento de las lombrices, quienes habitarán naturalmente la corona del arbolito. No necesitas colocarlas, llegarán. Confía y mantén la humedad.
Para el cultivo en maceta busca un contenedor de sesenta a ochenta centímetros de profundidad. Esto es lo realmente importante al sembrar de esa manera, pues las raíces tendrán suficiente espacio para extenderse por varios años.
CUIDADOS ESPECIALES
Podar o no podar: Hay arbolitos que necesitan una buena poda para volver a cargar, se trata de aquellos de cuatro estaciones como el durazno, la uva, la manzana. Luego de cada cosecha se recomienda podar de manera profunda en cuarto menguante y luna nueva, cuando la sabia está en las raíces y el corte causará menos impacto. Cada herida deberá curarse para evitar la entrada de bacterias y hongos que podrían causar enfermedades. En la finca colocamos propóleo.
Recomendamos podar lo menos posible los aguacates y cítricos, solo para dar forma si es necesario. El aguacate, especialmente puede adquirir una enfermedad grave llamada «tristeza» que puede matar al árbol en tres meses.
Calidad de la tierra y cómo mejorarla: si vives en un lugar como el valle de los Chillos, de tierra muy compacta, arcillosa, tipo cangahua, asegura que el suelo esté bien triturado y mezcla una parte de arena fina en dos partes de tierra y una parte de abono. Plantas como las uvas, ovos, papayas y plátanos agradecerán que les ayudes de esta manera. Normalmente esta tierra tendrá minerales solubles y será rica en nutrientes pero tenderá a empozarse y endurecer sus capas internas.
En lugares secos y arenosos, coloca más cantidad de abono para los arbolitos, mezclando dos partes con dos de tierra.
Abonar: esta operación es esencial en cualquier suelo porque los minerales que obtiene el arbolito con sus raíces deben ser solubilizados constantemente con microorganismos que pondrán a disposición lo que necesita. El abono debe ser orgánico: lombriz, compost, baño seco, champiñón o la solución que prefieras, siempre y cuando no coloques químicos que, en un primer momento harán a las plantas crecer como nunca, y en seis meses demandarán este recurso artificial que mata la vitalidad del suelo, dando paso a enfermedades y un círculo vicioso de más químicos y nuevos problemas en las plantas.
Puedes consultar las recetas de abonos y fungicidas sencillos como jabón azul y ceniza en el blog de la finca:
El huerto urbano: abonos y fungicidas naturales
ALGUNOS CONSEJOS PARA TUS ARBOLITOS
Al cultivar arbolitos frutales nativos estás haciendo una obra importante porque todos, sin excepción, están en peligro de desaparecer.
El Porotón. Será un árbol grande con el tiempo y dará frutos en dos años: deliciosos frijoles gigantes, con los que podrás alimentar a tu familia de proteína natural. No requiere cuidados especiales, carga dos veces al año.
El Chihualcán. Es un papayuelo nativo de Loja al igual que el babaco y otros. Será un árbol grande con el tiempo y en seis meses empezará a cargar ricos frutos constantemente. Necesita mucha agua, recomiendo sembrarlo cerca de una fuente, estanque, arroyo, zanja que puedes hacer tú mismo. Le va bien a pleno sol y en el jardín. Cobertura permanente para que no se evapore el líquido vital, es el consejo para este arbolito que vivió en la sierra desde 800 a 3200 metros en todas las quebradas.
El Nogal. Será un árbol gigante con mucho tiempo, y cargará en cinco años. Crece muy bien a pleno sol, no necesita cuidados especiales. Habría que escribir un tratado sobre las virtudes medicinales del nogal, prometo hacerlo pronto, si nos ayudas a conservarlo sembrando un arbolito en tu jardín.
El café de altura del Carchi. Será un árbol enano toda su vida y siempre se mantendrá productivo, lleno de frutos rojos y grandes que podrás convertir en tu propio café. La variedad que te ofrecemos es Caturro rojo, un arábigo enano de altísima productividad y delicioso sabor.
Le encanta la sombra de un árbol grande y, si está en maceta, le irá bien pegado a un muro o a una pared orientada hacia el este. En el campo se coloca bajo las guabas y chirimoyas, crecerá feliz siempre que tenga algo de sombra. Necesita riego una vez por semana y abono cada seis meses.
Los cítricos de la finca: limón Tahití, limón Mayer, naranja Washington, naranja agria, toronja, lima. Serán arbolitos regulares de tamaño, alcanzarán como máximo cuatro metros. Necesitan abundante sol y agua con regularidad, cada semana. Cargan abundantemente desde el primer año. Cuida siempre la corona de los cítricos, recuerda que su raíz se extiende del tamaño de la copa en todas direcciones y odia sinceramente el pasto, césped y kikuyo.
El aguacate Pínkerton. De pulpa cremosa y semilla muy pequeña, será un arbolito de tamaño mediano, cuatro metros en diez años. Mientras tanto, cargará desde el segundo año y será productivo toda su vida. Siempre cubierto con rastrojo seco, siempre húmeda la tierra de su corona, mucho sol, son los consejos para este arbolito. Lo enfatizo porque algunas personas que nos visitan se sorprenden de la salud de nuestros aguacates, ya que se les ha recomendado hacer podas, dejar el suelo pelado junto al tronco para que no se escondan los insectos dañinos (¿?) y poner químicos.
La Papaya del Chota y el Babaco. De tamaño mediano, requieren mucho abono y constantemente, para dar frutos. Abona cada quince días y tendrás ricas papayas y babacos. Sol abundante y riego cada semana, son muy recomendables.
El Plátano de la sierra, Orito rojo. De tamaño grande con el tiempo, el primer plátano que siembres sentará raíces en un año. Ten paciencia y coloca mucho abono, Alimentamos los plátanos con aguas grises de la cocina, «sucia» de restos de vegetales y café. Recomiendo que no falte agua y verifiques diariamente la humedad durante los primeros seis meses.
El Ovo del Chota. De tamaño grande a lo largo de muchos años. Necesita pleno sol y no mucha agua. Sobrevive bien en los veranos secos del Norte.
La Guayaba Perita. De tamaño grande luego de muchos años, pobló los bosques del norte antes de ser desplazada por eucaliptos y pinos. Tiene un fruto dulce y jugoso similar a una pera, más dulce que la guayaba común y menos ácida. Crece lentamente pero dará frutos en un año. Necesita mucho sol y riego, una vez por semana.
El Higo Blanco. De tamaño mediano, tres metros de diámetro, este higo no se convierte en breva. De apariencia siempre verde, se va suavizando hasta volverse pálido, lo cual indica que está listo para comer. La pulpa es deliciosa y resulta excelente para hacer sabrosas mermeladas.
NUEVOS ARBUSTOS EN EL VIVERO DE SHUNGO TOLA
El jazmín officinale. Esta enredadera es la planta madre de las flores para el té y deliciosos aceites perfumados. Crece muy bien con soporte, y se elevará varios metros sobre una pared o estructura, te dará deliciosas flores cada tres meses. Crece maravillosamente si le aportas urea humana: orina, sí, no es nada difícil… Cada tres meses puedes diluir una parte en diez de agua y colocar en el suelo.
La frambuesa Taiberry. Este arbusto pequeño que no alcanza más de un metro de altura te sorprenderá por la cantidad de frutos rojos y deliciosos que siempre tendras para disfrutar. Te recomiendo para este arbusto, agua dos veces por semana y abundante sol. Coloca abono superficialmente en el suelo sin mover la tierra nunca y cubre como te indico en el manual. La frambuesa empezará a darte hijos después de un año. Cada uno es una planta que podrás colocar a un metro de distancia y tendrás pronto un hermoso seto con lindas frambuesas para comer.
El arándano enano. Este arbusto pequeño te dará arándanos tres veces al año, no requiere cuidados especiales más allá de protegerlo del viento y excesiva humedad. Desde el segundo mes de transplante empezará a cargar y será muy fértil si abonas cada tres meses.
La consuelda mayor. Tenemos muchas plantas medicinales en la finca pero reproducir esta maravilla ha sido especialmente gratificante. Contiene hierro en gran cantidad y se come en estofados, sopas, salsas. Pero eso no es todo: cura todas las afecciones de huesos conocidas, incluyendo esguinces, torceduras, dolores musculares, artritis y artrosis. En seis meses podrás empezar a sacar hojas para comer a diario. Necesita abundante agua y plantas compañeras como lechugas y culantro o flores, especialmente mariglodas.