La naturaleza es sabia y siempre nos impresiona. De una planta madre pueden salir muchos hijos y crecer, y prosperar. Por ejemplo, las uvas, luego de un buena poda se obtienen plantines que pueden prender raices y tener brotes en dos meses.
Esta planta necesita poda cada vez que termina su ciclo de producción frutal, de modo que queden solamente las guías, listas para una próxima carga de deliciosas uvas.
Prepara los esquejes de la siguiente manera:
- Corta trozos del tronco y ramas anchas de la vid recién podada, aproximadamente de veinte centímetros cada una, hazlo arriba o debajo de los nudos.
- Limpia bien el esqueje de modo que no queden hojas ni hijuelos, de este modo ayudarás a la planta para que concentre su fuerza en hacer crecer las raíces.
- Deja en remojo los hijuelos por 24 horas.
- Seca bien y deja sobre una servilleta de papel por una noche.
- Siembra en contenedores que tengan suficiente tierra bien abonada y espacio para que el esqueje eche raíces, hasta de quince centímetros, en dos meses. Asegura luz del sol y calor durante ese tiempo, será ideal si tienes un lugar abrigado sin corrientes de aire.
Siembra tu nueva vid en un contenedor profundo de 80 centímetros o en la tierra abonada de tu huerto. Tendrás fruta dos veces al año y muchas podas a lo largo de la vida de esta planta perenne, que puede dar uvas durante cien años o más. ¿No es sorprendente?