
Un atado de tomillo fresco elaborado con hilo de algodón. Cuelga el atado desde los tallos en un lugar fresco y oscuro durante un mes. Cuando esté bien seco prende desde la punta de hojas y llévalo por todos los rincones con la voluntad de purificar las energías de la casa y sus habitantes, sopla en cada esquina. Si el atado está bien compacto, se quemará suavemente.